Los nacimientos múltiples han aumentado de manera considerable en nuestro país. Uno de los problemas más habituales con los que se encuentran las familias, tiene lugar cuando deciden escolarizar a sus hijos en el colegio o en la escuela infantil.
Muchos padres manifiestan el deseo de escolarizar a sus hijos juntos, sin embargo, es frecuente encontrar una fuerte tendencia a separar gemelos y mellizos en distintas aulas. Entre otros motivos, maestros y directores suelen considerar la separación de estos como la mejor opción para prevenir futuros problemas o la mejor manera de fomentar el proceso de individualización de todos los múltiples.
Ante esta situación, nos encontramos con muchas familias incomprendidas y frustradas al no poder tener voto en una decisión que puede repercutir en el resto de la vida de sus hijos. Para dar soporte a estos padres, nació la plataforma Múltiples en la Escuela decisión de los padres, fundada por Meritxell Palou, madre de mellizas y coach familiar.
De esta situación, más que quedarnos instalados en la lucha de poder, sobre las decisiones a adoptar, deberíamos tener en cuenta y ser conscientes de la necesidad de velar por el bienestar emocional de los niños nacidos por parto múltiple. Es simplemente un error tomar decisiones sin tener en cuenta el vínculo y las emociones de los niños.
Para garantizar su seguridad emocional sería necesario una cohesión entre la comunidad educativa y tener en cuenta cada situación en particular; por tanto la decisión sobre si gemelos o mellizos deben permanecer juntos o separados debería ser evaluada de manera particular y consensuada.
¿Separar o no separar a nuestros hijos mellizos en aulas diferentes? Este es el eterno dilema de las madres y los padres con mellizos y gemelos en los primeros cursos escolares. Algunos centros educativos son partidarios de dejarlos juntos en la misma clase, mientras que otros se decantan por separarlos desde el principio. En ocasiones se decide separarles desde el primer momento porque creemos que será mejor para ellos en un futuro, pero el hecho de que sea positivo para el futuro no quiere decir que sea lo mejor en el presente. Pero, ¿quién tiene en cuenta a las familias? El hecho de que unos mellizos o gemelos vayan juntos a clase o no debería ser algo que se valore de manera detenida y teniendo en cuenta las particularidades de cada uno de los niños y de su familia.
No existen pautas generales que se puedan aplicar en todos los casos que nos vayamos a encontrar, pero es cierto que suele ser recomendable que los mellizos y gemelos puedan ir juntos a clase en los primeros cursos de la etapa de Educación Infantil. Volvemos a repetir que habrá que valorar la idiosincrasia de cada uno de los niños y de su familia, pero los niños suelen sentirse más seguros si en las fases iniciales de adaptación a la escuela tienen a su hermano mellizo o gemelo junto a ellos. Esto puede llegar a ser beneficioso y adaptativo para los hermanos hasta incluso a lo largo de toda la etapa de Educación Infantil. En otros casos, no es así. Lo que está claro es que, dado el desarrollo evolutivo de los niños con 5-6 años, es recomendable que a partir de la etapa de Educación Primaria vayan a clases diferentes. A partir de esta etapa es importante fomentar e incentivar la autonomía de cada uno de ellos. Estas directrices habrá que valorarlas en cada uno de los casos teniendo en cuenta las necesidades de los pequeños, pensado en el momento presente y no tanto en el futuro. De este modo, tanto el centro educativo como la familia deben valorar los pros y contras de cada una de las posibles opciones para poder ajustarnos a las necesidades particulares de cada uno de ellos.
Según la teoría del apego, el estar en clase con un hermano puede tranquilizar o amortiguar el impacto de la separación de sus figuras de apego. Ahora bien, también tenemos que tener en cuenta que la figura de referencia y quien debe aportar seguridad, cariño y calma a los niños es siempre un adulto, es decir, el profesor en el aula y nunca su hermano. Los hermanos no son figuras de apego, nunca podemos asignar este rol a un igual.
En etapas iniciales de la escolarización, mantener a gemelos y mellizos en el mismo aula puede facilitar el proceso de adaptación o aminorar los síntomas que provoca esta nueva etapa, evitando además la doble separación: padres y hermano gemelo o mellizo. Las experiencias traumáticas derivadas de la separación, que algunos padres suelen indicar: miedos, retrocesos, rabietas o inseguridad también podrían ser evitadas.
Concluir por tanto, que la opinión de los progenitores, se convierte en factor clave a la hora de decidir como escolarizar por primera vez a los niños nacidos por parto múltiple (juntos o separados) dado que son quienes, en primera instancia, mejor conocen a sus hijos. En etapas posteriores de la escolaridad, lo ideal sería que se produjera un dialogo entre padres y profesores para tomar la decisión más acertada.