Estos son las claves imprescindibles para dar respuesta a las necesidades de nuestros hijos, pero se deben hacer todas, no son suficientes por sí solas, para conseguir el objetivo
Observar con detenimiento a nuestros hijos supone aceptarles, quererles, jugar con ellos y, en definitiva, relacionarnos con ellos de manera sana
A continuación trataré de explicar de manera breve y sencilla por qué los neonatos no tienen esta capacidad controladora y persuasiva que durante décadas les hemos atribuido
La protección en la infancia promueve la seguridad, mientras que la desprotección invita a la inseguridad, la baja autoestima y la desconfianza
Ocho pautas para manejar y transmitir un fallecimiento a nuestros hijos
Son un aspecto esencial de la socialización de los menores. ¿Te gustaría saber si tu hijo tiene ya adquirida esta capacidad? Te propongo que lleves a cabo un sencillo ejercicio
La reprimenda o la sanción no es nada eficaz a largo plazo, además de no respetar al menor ni los derechos de la infancia
Si los adultos fuéramos más conscientes de que depende de nuestro buen hacer y de la satisfacción de las necesidades de niños y adolescentes, seguro que tendríamos jóvenes mejor preparados para enfrentarse a los envites de la vida y con menor sufrimiento
El dominio de las emociones y las necesidades es algo que se aprende a lo largo de la vida, no disponemos de esta capacidad desde el momento del nacimiento
Los niños que no son calmados con un abrazo o una palabra por parte de sus padres y que, por el contrario, lo suplen con estos aparatos, crecerán con poca capacidad de empatía, de conectar con sus emociones
La estrategia de conectar y redirigir consiste en mirar incondicionalmente a tu hijo, mantener la calma y, en último lugar, en caso de que no se pueda solo, pedir ayuda
Todas las acciones que estén encaminadas a cubrir lo que necesiten nuestros hijos serán tremendamente positivas para ellos